Es difícil explicar los motivos que llevan a que un hecho determinado ocurra, en un preciso lugar y en un momento especifico. Como así también es difícil analizar la evolución psíquica de las personas que participaron de ese acontecimiento.
Las causa y sus efectos se encadenan, entrecruzan y ramifican entre si, así como las reacciones psicológicas y bagajes culturales se relacionan e intercactúan de modos caprichosos.
El conjunto de ello forman un todo complejo al que llamamos realidad, determinándolo día a día, minuto a minuto y segundo a segundo.
De tal modo que cuando tratamos de describirlo siempre pecamos de parciales y subjetivos, enfocando sólo aspectos de esta que ocasionalmente nos interesan .
Me atrevería a decir que cuando vivimos, o creemos vivir plenamente, estamos apreciando tan sólo un aspecto en particular de esa misma realidad, ignorando inconsciente o conscientemente el resto de la misma.
Ambiciosos como somos, los seres humanos, pretendemos captar o creemos que captamos a cada momento de nuestra existencia, toda la complejidad que nos circunda.
Se que es deprimente aceptarlo, pero no podemos.
Solo somos participes y observadores de imágenes , emociones y percepciones, consideradas parciales en comparación a lo que la vida puede ofrecer paso a paso.
Este camino que transitamos, con todas las limitaciones que implica, nos ofrece, momentos plenos de alegría, momentos neutros y otros llenos de tristeza.
Así como el día y la noche, también nuestro interior transita por horas de luz y horas de oscuridad.
Las causa y sus efectos se encadenan, entrecruzan y ramifican entre si, así como las reacciones psicológicas y bagajes culturales se relacionan e intercactúan de modos caprichosos.
El conjunto de ello forman un todo complejo al que llamamos realidad, determinándolo día a día, minuto a minuto y segundo a segundo.
De tal modo que cuando tratamos de describirlo siempre pecamos de parciales y subjetivos, enfocando sólo aspectos de esta que ocasionalmente nos interesan .
Me atrevería a decir que cuando vivimos, o creemos vivir plenamente, estamos apreciando tan sólo un aspecto en particular de esa misma realidad, ignorando inconsciente o conscientemente el resto de la misma.
Ambiciosos como somos, los seres humanos, pretendemos captar o creemos que captamos a cada momento de nuestra existencia, toda la complejidad que nos circunda.
Se que es deprimente aceptarlo, pero no podemos.
Solo somos participes y observadores de imágenes , emociones y percepciones, consideradas parciales en comparación a lo que la vida puede ofrecer paso a paso.
Este camino que transitamos, con todas las limitaciones que implica, nos ofrece, momentos plenos de alegría, momentos neutros y otros llenos de tristeza.
Así como el día y la noche, también nuestro interior transita por horas de luz y horas de oscuridad.
Graciela Mariani
Hola, aquí envío algo que escribí hace una veintena de años... pero que me sigue gustando.
Es nada mas que un pensamiento.
Espero les agrade.
Graciela
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