(la amistad)
(A mi Abuelita Rosita) Noviembre de 1993
Con sueños y fantasías
De la mano de tus padres
Reiterado fue tu viaje
Y residencia en la Argentina.
Catalanes tus ancestros,
Montañas, mar y milagro
En el genio de tu tierra...
De los grandes los más grandes:
Gaudì, Dalì y Picazo,
Rosita un poco tenías.
Pero conocí a la mujer,
Es claro, eras mi abuela.
Siempre dulce y sonriente,
Gran relatora de cuentos.
Hacendosa y algo inquieta,
Te recuerdo gran lectora
Y también gran escritora
De unas larguisimas cartas...
Eras católica de nacimiento
Y con los años aun más creyente
Te casaste con un agnóstico,
Ese gran caballero que fue mi abuelo.
Tenias como gran amiga
A una paisana Andaluza,
A la que Trini llamaban
Y a la que no dejaste nunca.
Trini también se casó,
Con otro italiano ateo.
Prometieron ser Comadres,
Y cuando nació Ana María,
El cura con picardía,
Juntó matrimonio y bautizo.
Trini recién tuvo su hija,
Luego de tu tercer hijo,
Ese, el que es padre mío,
Y que la adopto de madrina.
La niña, no recuerdo el nombre,
A la que llamaron Chichita,
Fue la mimada de todos...
Y a tu manera, por ti, su madrina.
Chichita tuvo una niña,
María Eugenia es su nombre,
Que tuvo un varón, Valentín,
Y yo otra niña, Emilia.
Cuarenta años pasaron
Hasta que las dos reparamos,
En común cuanto teníamos,
Además de esas abuelas.
Que hermosa es la amistad,
La sincera, la sentida,
La ancestral y delegada
De generación en generación,
Finalmente convertida,
De los Legados ¡el mejor!
Fue agradable, pero hace años que no veo a María Eugenia!
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